domingo, 15 de octubre de 2023

SANDRO, EL ÍDOLO DE BOBBY FISCHER

 


En una temporada de su vida en Nueva York, Bobby Fischer, campeón mundial de ajedrez e icono del deporte, acostumbraba ir al cine a ver casi a diario las películas del cantante argentino Sandro. Según cuenta el presentador Antonio Carrizo, en su programa Los Grandes, transmitido en la televisión argentina en 1984, el legendario ajedrecista sentía una tenaz predilección por la música y los largometrajes del ídolo latinoamericano.

Miguel Ángel Quintero, ajedrecista argentino y amigo de Fischer, también lo recordó en una entrevista que concedió a ESPN en enero del 2008: "Tenía una debilidad por Sandro, por su música, por su manera de cantar. Él decía que Sandro era mucho mejor cantante que Elvis Presley".

Un hombre que dedicó su vida a la realización de una actividad eminentemente intelectual se sentía atraído por la pasión que expresaba Sandro en los escenarios.

Vista de lejos, esa afición puede parecer extravagante ¿qué tiene en común un ajedrecista de Chicago y un cantante popular de Buenos Aires? Sin embargo, si nos asomamos a la personalidad del cantautor argentino y su capacidad de análisis sobre la vida, la sociedad, y la música, nos daremos cuenta que detrás de su baile desenfrenado y su sensualidad, había mucho más que emoción. Sandro no era un tipo hueco (por el contrario era culto y educado) y eso lo percibía su público, entre los que se encontraban gente de diferente condición, ajedrecistas de fama mundial incluidos.

El éxito de Sandro se construyó con base en su talento, pero también por el misterio que siempre rodeó su vida. Decía tener doble personalidad, le gustaba diferenciar la figura pública de la persona. Fuera del escenario era Roberto Sánchez, un tipo común, dentro de él aparecía Sandro, el alter ego que le concedió la celebridad mundial y que ha sido analizado en libros biográficos, series y documentales.  

 

Yo, Sandro


Sandro aparece fumando en muchas de sus entrevistas. El cigarrillo, ese hábito que terminó costándole la vida (murió de un enfisema pulmonar) es un compañero permanente de su imagen transgresora que genera (incluso ahora) fascinación en hombres y mujeres.  Sandro, nacido en 1945, vendía música, composiciones (realizadas en su mayoría junto a quien sería su manager, Óscar Anderle) y también una actitud, una forma de estar en el mundo.

En Yo Sandro, documental de Miguel Mato (2018), se plantea de viva voz de su protagonista (con audios de entrevistas realizadas en junio de 1970) la esencia de una existencia efervescente y única.

El rodaje del documental duró cuatro años y a la par la cadena televisiva Telefé lanzó la telenovela Sandro de América, lo que pudo marcar el final del proyecto, pero al final lo que consiguió fue el aumento de la fama del artista entre el público joven.

En este audiovisual paseamos por su infancia, por sus inicios junto a la banda Los de Fuego y por episodios determinantes en su carrera como primera estrella de rock argentino, showman irreverente y cantante romántico capaz de hechizar a su público.

Se cuenta, por ejemplo, que a los 18 años aprendió a tocar guitarra (con una rota) y tras meses de trabajo finalmente pudo comprarse la suya. Su historia musical, la grabación de más de 50 discos y sus presentaciones en escenarios como el Madison Square Garden (en 1970 fue el primer latino en llenarlo), además de recuerdos íntimos, son parte de este audiovisual que reivindica su figura.

En el documental viajamos al pasado para descubrir como a los 13 años debutó en un acto escolar haciendo una imitación de Elvis Presley, su ídolo y con quien ha sido comparado desde el inicio de su carrera. La idea era hacerla con la ayuda de un LP, que terminó fallando, por lo que tuvo que cantar en vivo. Ese día cambió todo.

Una trayectoria

En los años 60 Sandro conformó la banda Sandro y Los de Fuego, cuyo primer nombre fue Los Caniches de Oklahoma. Con este grupo musical empezó una carrera que desde ese momento contó con el respaldo del público mayoritariamente femenino. Su forma de moverse y proyectar su energía es recreada en Yo Sandro con videos originales de presentaciones icónicas. Así como también su siguiente etapa vestido de etiqueta al iniciar su carrera como solista.

Como un hombre metódico, disciplinado y con una gran pasión por su trabajo lo describen en el audiovisual. Sandro estudiaba constantemente la forma de dar un buen espectáculo. No era un improvisado, sabía lo que quería y no se permitía equivocaciones.

Su voz en off en el documental nos permite acercarnos a su visión sobre su carrera desde una perspectiva nueva. Además en el filme podemos disfrutar de grabaciones realizadas por el propio artista en su ámbito privado. Recortes de prensa y fotos nos permiten asistir a la histeria colectiva que desencadenaba su presencia en el público de toda América.

 

El cine de Sandro


Desde los años 60, Sandro participó en más de quince largometrajes, realizó una telenovela e incluso llegó a escribir y dirigir. Sus películas servían como una plataforma para promocionar su carrera como cantante. La mayoría eran musicales donde el intérprete argentino representaba diferentes versiones del arquetipo que alimentó durante años: el muchacho atrevido, el chico apasionado, el joven transgresor,  valiente, carismático. Su imagen es el atractivo número uno de estas películas que de no tenerlo como figura central tal vez perderían su valor.

 

En la década siguiente filmó Gitano (1970), Muchacho (1970), Siempre te amaré (1971), El deseo de vivir (1973) y Operación rosa rosa (1974), donde el formato de comedia dramática con música se mantiene.

 

En 1976 filmó junto a la actriz y presentadora argentina Susana Jiménez, Tú me enloqueces, cinta donde actúa, escribe y dirige. Luego de su muerte Jiménez escribió lo siguiente sobre el ídolo argentino: Siempre me trató como a una reina, con la galantería y el respeto que él trataba a las mujeres en general. Nunca volví a trabajar con alguien que besara así… Todo lo que se imaginen es poco. Su público muy seguramente estará de acuerdo, después de todo él rompía esquemas más allá de lo imaginable.  

 

Luisa Ugueto Liendo

@cluisaugueto

Publicado originalmente en Gladys Palmera  en el año 2022.