miércoles, 15 de mayo de 2024

El Hijo (Netflix/2019)

 


Un buen thriller usa elementos de la realidad. Los lleva hasta el límite para asustar al espectador, a quién invita a imaginar un mundo donde puede pasar cualquier cosa.

En general, la realidad supera a la ficción.  Sucede de todo en la vida y muchas veces lo que pasa no es bueno. Sin embargo, nos cuesta creerlo, en el fondo esperamos lo mejor, del mundo, del destino, de los demás.

 Quizás por esta razón (porque en el fondo tal vez la mayoría de los seres humanos somos ingenuos) un director de thriller inteligente sabe que este género para funcionar necesita tomar elementos de la vida cotidiana y mostrarlos de un modo retorcido. Es una forma de decirnos: “mira, esto que te parece conocido e inofensivo puede que no lo sea tanto, cuidado”.

 Sebastián Schindel (El Patrón, 2013) hace precisamente esto en El Hijo (2019). Utiliza un relato sobre un hecho cotidiano y trivial como el nacimiento de un niño para crear una historia de pesadilla.

 El amor maternal y el interés de las mujeres en tener bebés que en la vida puede ser visto con ojos de alegría y admiración, aquí se relatan desde un punto de vista no solamente negativo, también enfermo y tóxico.

Todos sabemos que para las mujeres (al menos para la gran mayoría) el tema de tener hijos puede ser el centro de su mundo. De hecho, en algunos casos se convierte en una obsesión. En la realidad este deseo es  visto con ternura. En El hijo, una historia sobre una madre, un esposo y un bebé genera todo menos simpatía y buena energía.

 El actor Joaquín Furriel trabaja de nuevo con Sebastián Schindel ( lo dirigió en El Patrón) en este thriller sobre cómo cualquier rutina cotidiana puede generar circunstancias funestas.

 Schindel  nos deja  saber que vivir es permanecer constantemente en la cuerda floja. Dime qué temes y te diré cómo puede volverse realidad.

 El mérito del director en esta película consiste en el modo en que inserta la duda en cada momento. No sabes realmente hacia dónde va la cinta hasta el final. No conoces a Lorenzo (Joaquín Furriel) ni a su esposa, hasta sus amigos se vuelven sospechosos mientras la cinta avanza.

 La película genera emociones diversas, pero sobre todo molestia ante lo poco claros que llegan a ser los personajes. Precisamente esto que podría ser un defecto no termina siéndolo. Al  final entiendes que no es un error del guion o la dirección. Esconder las verdaderas intenciones de todos los involucrados es uno de sus más grandes aciertos.

 El director lo hace con premeditación y alevosía para confundirnos.

El largometraje no está contado de una forma lineal. Hay retrospectivas y modificaciones narrativas en la trama que ayudan notablemente a que la confusión sea mayor. Los diálogos y las personalidades disfuncionales de los personajes principales (sobre todo el que encarna Furriel) colaboran siendo el marco perfecto de esta historia sobre la locura.

 El hijo es una de las mejores pesadillas que puedes presenciar en Netflix.

 La película está basada en la narración Una madre protectora de Roberto Martínez.

 

Publicada Originalmente en mi columna Cine para Llevar.

lunes, 13 de mayo de 2024

| Sandro de América en Amazon Prime

 

La miniserie sobre el cantante argentino Sandro es un homenaje y una invitación a descubrir a un artista único. Nada más por eso vale la pena verla, sobre todo si lo admiras, si conoces su música, si te interesa como personaje. Sin embargo, su narrativa llega a ser excesivamente dramática y melancólica, tanto que se percibe forzada.

Si bien es cierto que no conocemos a los artistas, y que muchas veces lo que vemos en escena y en pantalla no tiene nada que ver con la realidad, también es verdad que algunos son tan genuinos que nos muestran su personalidad en cada entrevista o presentación. Así era Roberto Sánchez, mejor conocido como Sandro, un tipo que vendía verdad en escena y en sus múltiples conversaciones televisadas, que hoy en día pueden verse en YouTube.

Tenía sentido del humor, una gran cultura y la inteligencia suficiente como para reflexionar sobre su vida sin dejarse llevar por el melodrama. La tristeza solamente podemos percibirla en sus canciones; él no parecía un tipo desolado, con tantos vacíos emocionales como es representado en esta historia que puedes ver en Amazon Prime.

La serie de 13 episodios empieza muy bien, porque nos muestra a un joven que físicamente se le asemeja mucho al cantante argentino, quien, además de belleza física, poseía un estilo y una personalidad magnética. Sandro quizás es el único cantante capaz de excitar a las mujeres aun después de muerto.

Ese estilo, esa magia que tenía en escena, la representa bien Agustín Sullivan. De hecho, sus episodios son de los mejores en esta ficción biográfica.

En el medio de la serie, el Sandro maduro, interpretado por Marco Antonio Caponi, también expone muy bien la personalidad del Gitano. Sin embargo, en esa etapa comienzan a aparecer situaciones que bordean la cursilería y convierten la historia del cantante argentino en un melodrama lacrimógeno, muchas veces absurdo.

En los episodios donde aparece Antonio Grimau interpretando a Sandro en sus últimos años de vida, la serie pierde el brillo y genera nostalgia y tristeza, dos emociones que realmente no convocó jamás la presencia de Sandro, quien incluso en el último periplo de su enfermedad se mostraba afable y entusiasta ante cámara.

Obviamente, las series biográficas no son un reflejo estricto de la realidad. Por el contrario, muchas veces se toman licencias para poder crear una historia que sea mucho más del agrado de quienes la perciben. No obstante, los recursos que se supone funcionan para estructurar un relato deben utilizarse para hacerle un bien al representado, no para perjudicarlo.

Ninguno de sus admiradores sabemos cómo fue Sandro en la intimidad, al menos no la mayoría. Se supone que la serie debía mostrárnoslo, pero en realidad nunca llegas a comprar del todo el discurso que se impone.

En Sandro de América, la lágrima fácil está a la orden del día, los discursos baratos son moneda corriente y las situaciones cliché son demasiadas como para dejarlas de lado.

Cuando termina la serie, en lugar de celebrar la vida de Sandro, la extrañas y deseas volver a verlo para convencerte de que su existencia no estuvo tan llena de dolor.

Supongo que el artista tuvo una existencia dura como cualquiera de nosotros. Sufrió como el resto de los mortales, a fin de cuentas era uno, pero no me pareció justo que esta ficción convirtiera sus vivencias en un melodrama que llega a ser de mal gusto.

Sandro es eterno; esta ficción, prescindible.


Publicada originalmente en mi Columna Cine para Llevar del periódico CCS.

 

miércoles, 20 de marzo de 2024

En Netflix: Amor y anarquía (2020)

 


 

He leído que la serie sueca Amor y anarquía (Netflix/2020) es una comedia romántica, creo que quién lo escribió está en un error. En todo caso si hay un romance, es el que tiene la protagonista consigo misma. El amor propio, el respeto por uno mismo, parece una cuestión de todos los días, una emoción de fácil acceso para la mayoría de la gente. Sin embargo, no es verdad, por el contrario, son muchos los que dudan de sí mismos, los que se tratan como sus peores enemigos, los que tienen miedo de mostrarse tal como son.⁣

La serie sueca explora esta temática en ocho capítulos cortos e intensos. Episodios donde vas a encontrar circunstancias poco ortodoxas sobre todo tomando en cuenta que Suecia en nada se parece a los países latinoamericanos. ⁣

Los suecos no tienen penurias económicas, ni problemas de servicios públicos, tampoco andan pendientes de revueltas políticas o de cambiar de presidente cada mes. Suecia ocupa el lugar número siete según el ranking de las Naciones Unidas de países más felices del mundo, claramente allá los problemas son diferentes.⁣

La serie es un espejo de esa realidad, de cómo después de cubrir las necesidades básicas el ser humano tiene tiempo para plantearse las grandes preguntas que irónicamente necesitan una respuesta todos los días. ¿Quién eres tú? ¿Qué quieres de la vida? Si se te hace imposible responder esas dos interrogantes, obviamente no estarás siendo muy feliz. El sentido de la vida genera felicidad. No saber quién eres o para qué estás en este mundo propicia conflictos.⁣

En la serie, la protagonista, interpretada por Ida Engvoll, sin darse cuenta comienza a percibir que su mundo no es tan suyo como siempre había creído. Poco a poco y sin proponérselo recuerda una época en que su existencia estaba comenzando y esperaba un destino diferente. ⁣

⁣Un destino que nunca llegó. Ha pasado el tiempo y ya no conoce las razones de sus elecciones.⁣

⁣En la actualidad, es una mujer de más de cuarenta, con dos niños y un esposo, que se replantea las desiciones que ha tomado a partir del encuentro con otros que están en una búsqueda similar.⁣

⁣«Sé quién eres» decía la escritora venezolana Teresa de la Parra. Esa frase es el motivo de los ocho capítulos de esta serie que cuenta por demás con actuaciones relevantes y escenarios agradables, idílicos, de ese país nórdico.⁣

Aquí el amor romántico es solamente una excusa para hacer otro tipo de planteamientos. Muchas veces pasa que para contar algo se recurre a elementos mucho más fáciles de reconocer por el público. En la novela de Mario Benedetti, La tregua, sucede algo similar. Se habla de amor para crear un nexo con el lector, no obstante, una relación en una historia puede significar muchas otras cosas. ⁣

⁣Algo parecido sucede en Amor y anarquía, el romance esconde la verdadera esencia de la serie donde la anarquía es el camino para descubrir quién eres de verdad.⁣

⁣⁣

lunes, 18 de marzo de 2024

Cine para Llevar/ En Amazon Prime: El hilo rojo

 


En El hilo rojo el destino conspira para que los protagonistas puedan conocerse. También para que se separen. La película de Daniela Goggi, protagonizada por Eugenia Suárez, Benjamín Acuña, Hugo Silva, Inge Martín y Guillermina Valdés juega con la idea romántica de la predestinación de las almas. 

Dice Javier Marías en su novela Los enamoramientos (Alfaguara, 2011) que escogemos pareja -más allá del gusto- tomando en cuenta a las personas disponibles de nuestro entorno. De acuerdo con esta idea que desarrolla el escritor español en su novela, no nos emparejamos llevados por un destino especial, lo hacemos por las circunstancias de disponibilidad de quienes nos rodean. Además, también por el azar que acaba arreglando todo a su antojo.

No hay motivos románticos. No hay destinos signados. El amor depende de nuestras  circunstancias y de las de aquellos con quienes coincidimos.  

En El hilo rojo se dice exactamente lo contrario: el alma gemela existe. No importa lo que hagas, no importa cuánto intentes evitarlo, si tu destino y el de alguien más están enlazados, no podrás huir de él.

Bajo esa premisa surgen los acontecimientos agridulces de esta cinta romántica disponible en Amazon Prime.
La película, que es mucho más un drama que una comedia, nos permite asistir al encuentro de dos perfectos desconocidos y lo que ocurre con sus vidas al cabo de unos años en ese vaivén del destino por reunirlos y separarlos.

La cinta no plantea cuestionamientos profundos, simplemente se centra en mostrarnos las emociones de sus protagonistas. El deseo que los une, sus necesidades más básicas, la lucha por huir de ellas y el modo que tienen de manejarlas.

En el filme se habla de destino, pero más bien se expone el enamoramiento como capricho y afán misterioso. Como necesidad súbita del cuerpo y del alma de compartir el tiempo con una persona hasta el momento desconocida. En ese aspecto, la película gana, pues no pretende explicar (ni al espectador ni a los personajes) los motivos por los cuales el amor surge o se evapora. Como adolescentes caprichosos los personajes toman sus decisiones en nombre de las emociones más elevadas.

Para conectar con una película es muy importante que lo que se cuenta tenga algún asidero en tu interior. Lo que está frente a tus ojos debe o estar muy bien contado o coincidir con tus creencias como espectador para poder dar por ciertos esos argumentos. En este caso, más allá de creer o no en la premisa de la predestinación de las almas, la mayoría de nosotros hemos vivido el amor como un hecho pueril y volátil que nos anima a tomar las decisiones más tontas e irracionales. Quizás por eso es muy fácil ponerse en el lugar de los protagonistas de esta cinta que a ratos parece una telenovela.

Las actuaciones conservan un nivel estándar para comunicar lo que se promete.

Como drama light (con un discurso cinematográfico muy simple y elemental), El hilo rojo cumple su cometido. Entretiene, y mucho, aunque también te hace pensar, aunque al final se desinfle y nos brinde un desenlace soso.

 

lunes, 11 de marzo de 2024

Rebeca (1940)

 


Todos tememos hacer el ridículo, no ser queridos, fracasar, darnos cuenta de hemos arado en el mar. Nada nos pone más ansiosos que las dudas y nadie tiene más dudas que el que pretende construir junto a otro un mundo paralelo, distinto y distante del resto, sobre todo de los anteriores, de aquellos que en otro espacio y tiempo han ocupado el lugar que ahora nos ha tocado en suerte.

En “Rebeca” (1940) de Alfred Hitchcock el personaje de Joan Fontaine contrae matrimonio con un hombre que parece estar más solo que ella, un viudo encarnado por Laurence Olivier. La primera mujer del protagonista, Rebeca, está muerta y sin embargo se encuentra tan  presente en la historia como el resto de los personajes.

A diferencia de la protagonista, ella si tiene nombre y es mencionada hasta el cansancio. Es extraordinaria, única, según todos aquellos que la conocieron, en contraposición con  la  timorata y acomplejada nueva señora de Winter: “no soy la clase de mujer con la que los hombres se casan” advierte antes de aceptar la petición de matrimonio.

Tampoco es la clase de mujer acostumbrada a manejarse en ambientes parecidos al de Manderley, la mansión de la que es, en su nueva situación, dueña, y que está  bajo el mando de Mrs. Danvers, una muy solícita empleada de la primera esposa. 

La película, basada en una novela de Daphne du Maurier, sobrecoge el ánimo tras las paulatinas revelaciones que se hacen sobre la difunta, quien llega a ser una presencia incomoda sin rostro, ni voz, ni gestos, pero corpórea en el mundo de las ideas que es, a veces, el que más miedo ocasiona.

Hitchcock remarca en  las situaciones cotidianas  el carácter de los personajes, la trama de este filme termina siendo una  escalera compleja de la que puedes caerte si no ves las pequeñas hendijas de cada escalón. “¿Cree que los muertos nos observan?” dice Mrs. Danvers (Judith Anderson) a la tímida protagonista, no sé si en la realidad,  pero en la cinta, un fantasma nos acompaña las más de dos horas que dura el filme.

“Rebeca” (1940) es una buena forma de celebrar el sutil encanto del cine de misterio que tanto ha influido a las nuevas generaciones.

Alfred Hitchcock tuvo una destacada carrera como director, productor y guionista de cine, además se hizo muy popular debido a su programa de televisión donde presentaba pequeños episodios de misterio y suspenso que llegaban a todo tipo de público.

No sé cuanto lo conocen las nuevas generaciones, pero Hitchcock no solamente fue un director popular entre el público, también se ha convertido, con el paso del tiempo, en un realizador que ha sido homenajeado en múltiples ocasiones por otros que buscan reproducir la atmósfera de sus películas en producciones nuevas.

Una de sus primeras películas es “Rebeca” (1940) la cual contó con once nominaciones a los premios Óscar, de los cuales ganó dos, entre ellos el de mejor película.

En Netflix: Alguien tiene que morir

 


La miniserie de Netflix Alguien tiene que morir (2020) creada, escrita y dirigida por Manolo Caro (La casa de las flores 2020, La vida inmoral de la pareja ideal, 2016) tiene una hermosa fotografía realizada por Ángel Amorós. Ver cada escena es un placer estético. Este aspecto es importante porque si hay un elemento que te invita a conocer la historia que se nos presenta es precisamente ese. En la miniserie el amor entra por los ojos.⁣⁣

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La iluminación, el tratamiento del color en combinación con el vestuario y la correcta ambientación de las escenas son el anzuelo para entender una historia que aunque comienza con una premisa llena de intriga, rápidamente nos descubre los secretos de la trama. Esto no está mal, sin embargo, le quita un poco la emoción a esta ficción ambientada en la España de Franco con todas sus limitaciones y prohibiciones.⁣⁣
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Fue en diciembre de 1978 cuando el gobierno de Adolfo Suárez acabó con la llamada Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social, la cuál permitía llevar a la cárcel a los homosexuales en España. Además les ofrecía “rehabilitación” en centros psiquiátricos. Antes de eso, ser gay era un delito que se pagaba con la perdida de la libertad e incluso de la vida misma. ⁣⁣
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Alguien tiene que morir, cuyo título no es casual, ya que es una historia llena de violencia, muestra el modo en que, en efecto, muchos tenían que morir no sólo físicamente, también moralmente, no eran tratados como seres humanos. La miniserie dramática que se vale de un elenco cuyo peso permite darle vitalidad al relato (encabezado por la actriz española Carmen Maura, Cecilia Suárez, Esther Expósito, Isaac Hernández, Ernesto Alterio, Alejandro Speitzer y Carlos Cuevas) entretiene y a la vez permite conocer una parcela de la historia que no es tan lejana. ⁣
 
En esta ficción, los personajes tratan de encontrar su lugar a través de los vínculos y son precisamente éstos los que no los dejan lograrlo. Todos están en una cárcel, en la de la intolerancia y los prejuicios. ¿Podrán escapar? Sin duda intentarán hacerlo tratando de evitar el destino que les espera en este pueblo donde se cumple a cabalidad aquel dicho popular: “pueblo chico, infierno grande”.⁣

Razones para ver Alguien tiene que morir hay muchas, sin embargo, el elenco es fundamental.⁣

La transformación de algunos personajes (el de Carlos Cuevas, por ejemplo) nos muestra que no importa el tiempo de duración de una ficción si tienes un buen libreto que respalde las decisiones que toman. ⁣

La miniserie solamente dura tres capítulos, por lo que pasa muy rápido, sin embargo, cuenta con el tiempo justo para desarrollar la historia que desea contar el director, aunque su abrupto final y algunas situaciones fuera de orden e incluso absurdas nos hagan pensar –a veces- otra cosa. ⁣

Alguien tiene que morir presenta una narración convencional y aunque se vale de algunos recursos visuales para hacernos entender ciertas características de los personajes, no llega a ser una historia sorprendente. No obstante, su corrección y lo minucioso de su narración nos ayuda a conectar con las historias y sobre todo a desear que tengan otro final. ⁣

 

En Netflix: La emocionante Vivir sin permiso

 


Nemo Bandeira es el corazón de Vivir sin permiso. Toda la trama de la serie se sustenta en su espíritu ingobernable, su personalidad y sus cualidades contradictorias. Nemo es un bandido, pero igual que el más grande del cine, Don Corleone (El Padrino, 1972), tiene cualidades que ya quisieran las personas de bien. El mafioso patriarca es leal y valiente. Es un hombre de acción cuyo carácter fuerte tiene el poder de influir en quienes le rodean.

No es un mujeriego ni tiene como pasatiempo dilapidar el dinero. Es un tipo centrado que se ha puesto algunas metas en la vida y ha sabido cumplirlas.

El personaje, interpretado de forma impecable por José Coronado, tiene un alma tan poderosa que enriquece al resto y le otorga brillo a la trama de esta serie sobre mafiosos, narcotráfico y ambición.

Bandeira tiene ataques de ira, pero es generoso con sus hijos, desea complacerlos, busca el modo de ganarse su cariño. Da órdenes para hacer el mal, pero tiene una gran empatía por el pueblo donde vive y busca mejorar la existencia de la gente. Un hombre sencillo y trabajador se esconde en la mirada de este patriarca que es capaz de matar con sus propias manos.

Nemo ha puesto en marcha su  existencia según sus planes por más de cincuenta años. Sin embargo, en su cumpleaños número sesenta, un diagnóstico cambia su percepción del mundo y de la vida que lleva.

Nemo Bandeira tiene todo, menos tiempo, él que se ha pasado la vida otorgándole "el permiso" para vivir a sus enemigos, se dispone a vivir contra reloj. Ahora es él quién necesita "el permiso" del azar para seguir adelante a pesar de las circunstancias.

En la primera temporada de la serie lo que vamos a ver son las elecciones de un hombre que sabe no tiene mucho tiempo y  vive con la necesidad imperiosa de arreglar lo que sin darse cuenta dañó. 
En cada capítulo de Vivir sin permiso los personajes ceden unos a otros su relevancia para contar una parte del relato. A medida que la serie avanza cada uno va mostrando mucho más de su  carácter e historia personal, comenzando por Nemo Bandeira, quien revive recuerdos que se mezclan con las circunstancias del presente.

Esto le brinda a la serie gran dinamismo. En cada episodio es difícil descubrir lo que pasará. Los personajes que comienzan siendo blancos cambian de color a medida que pasa el tiempo. Todos  se transforman de forma sustancial, algunos para mal y otros positivamente. El punto de encuentro general es uno:  el patriarca.

Los matices de los personajes, los elementos particulares que los diferencias entre sí y les dan carácter y verosimilitud están muy bien logrados. Cada uno está definido con tal detalle que casi puedes sentir que los conoces. Por ejemplo, Nina, la hija del protagonista, no es solamente una cara bonita o una niña rica. A medida que la serie avanza descubres facetas claves que hacen de este personaje un eslabón más de la cadena que debes descifrar. Una mujer de carne y hueso con sus miserias, insatisfacciones y virtudes.

La psicología de los personajes te ayuda a definir y entender las razones de cada uno y a su vez acercarte a ellos o rechazarlos. Este aspecto es quizás el más importante de Vivir sin permiso, y el que la convierte en una serie apasionante.

En esta ficción importa poco qué pasa, más bien todo gira entorno a quienes lo hacen posible.  A fin de cuentas, los  personajes son tan realistas (tan verosímiles) que de seguro es mucho lo que puedes aprender si tomas en serio sus lecciones. No me lo creas, pero me pasó, puedes corroborarlo viendo la serie.
 
@cluisaugueto

 

El Hijo (Netflix/2019)

  Un buen thriller usa elementos de la realidad. Los lleva hasta el límite para asustar al espectador, a quién invita a imaginar un mundo do...